Amanecía despejado, tocaba un cambio de planes, los astros parece que se alineaban para no poder ir a Tomar. No hay mal que por bien no venga, tocaba disfrutar de una ruta planificada por mi compañero Pablo a Torre de Moncorvo.
Después de un gratificante desayuno con Teresa, tomé mi nueva montura y me dirigí hacia Tamames para encontrarme con mi compañero Pablo. Era la primera ruta con mi Sponsorita por carreteras nacionales y disfrutando de ella en las curvas. El cambio era considerable, en apenas media hora y sin forzar la máquina estaba en Tamames. Saludo pertinente y hacia Fuente de San Esteban a esperar al resto de Meseperos. Alrededor de las 11.30 se presentaron allí: César y Natalia, Adell, Sebastián GS y Xavi. Allí llegaron también Jesús Yayo y Luis Con, que, aunque no podían acompañarnos a la ruta, no se habían podido resistir a acompañar al grupo desde Salamanca a Fuente de San Esteban. A Adell le tocaba cumplir con su promesa y empezar su jornada de “gasto 0”, invitándonos al primer café de la ruta.
Jesús y Luis se despedían del grupo y el resto enfilábamos camino hacia Barca de Alva. Una vez pasado Barca había que tomar un cruce hacia la izquierda y un pequeño fallo de coordinación provocó que el grupo se rompiera y se dispersara un poquito. En el terreno más curveado disfrutaba de la nueva máquina, pero parece que todavía quedaba para eliminar los automatismos de la custom. Poco a poco hay que avanzar, y pensar que nunca se deja de aprender. Nuestros compañeros Pablo nos dirigía con maestría, sin perder el ojo de César por si dudaba algún cruce.
Una vez en Torre de Moncorvo tocaba comprar bebida fresca y subir a comer al merendero del mirador, con una carretera no apta para cardiacos, como ya nos había avisado Jesús Yayo.
Desde allí pudimos ver que había un mercado medieval, que no dudamos en bajar a conocer. El calor apretaba, los ropajes y los cascos en las motos los que podíamos, los que no, a cargar tocaba. En el mercado Adell seguía cumpliendo con su palabra y nos invitaba a un suculento café, que en Portugal le salía más económico.
El mercado era grande y bien surtido. Lo pateamos de izquierda a derecha y de arriba a abajo. El calor era sofocante, tocaba tomar el último refrigerio antes de recuperar las monturas. Una vez en las motos me pude dar cuenta del peso de mi moto en vacío y la precaución que tenía que tener al moverla para impedir que se cayera. Reanudamos marcha, con alternancia de Pablo y César en la cabeza del grupo. A buen ritmo entrabamos en España por Fuentes de Oñoro. Parada para repostar, último café de Adell y vuelta a Salamanca por Autovía. Pablo y Sebastián GS nos dejaban antes de llegar a Salamanca y una vez que llegamos cada uno tomo camino hacia su casa. En torno a las 20 horas llegábamos a casa.
Habían sido más de 400 km de pleno aprendizaje y repletos de felicidad.
¡¡¡UNA MÁS Y UNA MENOS!!!
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