Por fin llega esta ansiada y preparada ruta por tierras de Asturias, Galicia, Cantabria, Castilla y León. Los que hemos podido hacerla nos ponemos bajo el mando de Resti (todo un experto en gps, en gs, en booking, en orientación, en btt, en misionar la fe mesepera, etc) que nos lleva por lugares incógnitos (y tanto) y por otros ya conocidos, pero no menos interesantes y espectaculares. Hemos recorrido 1677 km en cuatro días plenos de satisfacción, un tiempo excelente sin gota de lluvia y los cuerpos molidos de Resti, Sebas Pan y Luis Con.
1 de septiembre de 2020
Iniciamos la marcha a las 9 de la mañana, previa bendición de Jesús Yayo, por la autovía a Zamora para hacer el descanso y el café en Benavente. Continuamos por autovía a La Bañeza, Astorga y Bembibre, donde nos desviamos a Toreno por la LE-463, una carretera tan guapa y cómoda remontando el curso del Sil, que no nos aburríamos de sus curvas, y tanto que se nos pasó el cruce a Fabero. Llegamos a Villablino y volvemos a bajar por esa graciosa carretera con asfalto a estrenar para tomar el cruce previsto a Fabero.
Pasamos por Fabero por unas vías tan estupendas que se nos fue el santo al cielo y caímos en Ponferrada a la hora de comer en la taberna Leizarrán. Puestos a punto para volver a la moto, cogemos la LE-711 por Sancedo, LE-4211 a Candín y comarca de Ancares donde nos tomamos un descanso en un paraje de ensueño.
Continuamos a Balouta y A Proba de Navia con el fin de llegar a Fonsagrada. Pero aquí empieza el desafío, carretera cortada por obras que nos obliga a ir por carreteras angostas, más bien pistas de alta montaña asfaltadas con gravilla por todos los lados y cerradas a la luz. Casi tocando el cielo, por la fraga de Cencebre nos pareció ver al bandido Fendetestas y a la Santa Compaña que rondaban por aquel bosque animado, además de caballos asalvajados en medio de la carretera.
Después de salir de esos oscuros bosques de las cimas de las montañas gallegas, creímos entrar en la civilización, pero volvemos a rodar por una carretera en obras repleta de gravilla y curvas siniestras. Ya por fin llegamos a un asfalto lustroso, pasamos Fonsagrada y cogemos la preciosa carretera LU-703 y AS-27 por Santa Eulalia de Oscos, Salgueira y La Garganta AS-11, desvío a la izquierda AS-26 y AS-21 y, por fin, llegamos a Taramundi sobre las 21 h, con 12 horas de ruta y molidos por el combate motero de más de 550 km y toda una odisea.
Tomamos posesión del apartamento de Paulino y una vez repuestos nos vamos a cenar, y ahora sí, con pan delicatesen de Arapiles que Sebas había cargado en el macuto y llevaba salivando todo el camino, y a pasear cuesta arriba cuesta abajo a la luz de las estrellas con una temperatura excelente.
2 de septiembre de 2020
Desayunados y preparados para una nueva jornada, salimos a las 10 hacia Vegadeo, Ribadeo (ría del río Eo), por la N-634 nos desviamos a la plaza de las Catedrales con un paseíllo por el acantilado. Volvemos a la carretera hacia Foz con un ritmo de marcha muy lento por la cantidad de pueblos y parroquias que hay dispersos a lo largo de la carretera. Sin parar seguimos hacia Burela y por la LU-862 a Vivero, con el descanso del café, por la AC-862 llegamos a Puerto de Bares y estirarnos al Semáforo (subida delicada, bajada peligrosa y unas vistas espectaculares al Atlántico y Cantábrico) y al faro de Estaca de Bares. Aquí dejamos nuestra huella mesepera con una pegatina bien visible.
Comemos bajo sombrilla y brisa marina en el O Centro en O Porto de Bares y antes de suspirar por una siesta cogemos la carretera a Ponte de Mera, y como ya éramos expertos, por unas pistas asfaltadas de montaña para llegar a San Andrés de Teixido, cuya ermita con vistas al Atlántico aparece escondida, con cientos de velas y exvotos en su capilla. Y es que todo gallego debe peregrinar a este lugar en vida o muerto, y a esto ayuda la Santa Compaña. Absortos en la belleza del lugar advertimos una grácil nodriza que por allí andaba con sus primorosas columnas de Hércules. Es que todo por aquí es glorioso.
Los tres peregrinos charros retoman la ruta a A Ortigueira por un paso de montaña por encima de las aspas de un sinfín de molinos de viento. Es espectacular ver a esos monstruos al pie de tus ruedas. Volvemos a Vivero (aquí nos tomamos un descanso viendo la marea alta), Burela y Foz por el camino de la mañana, a excepción de un tramo de autovía a Ribadeo con salida en Figueras y por la N-640 a Castropol y Vegadeo. Por una extraordinaria AS-11 de asfalto y curvas pasamos por Vegas de Villar y Folgueiras. Desvío a la AS-26 por Freife y Arrojo, AS-21 a Taramundi sobre las 20 h con más de 350 km y una satisfacción infinita.
Descansados del palizón motero nos vamos a cenar a Casa Petronila. Otro paseo abajo y arriba, y a descansar.
3 de septiembre de 2020
Preparados los macutos y las motos para abandonar Taramundi con destino a Potes, hacemos los encargos de las navajas y salimos hacia La Garganta y por la AS-13 a San Martín de Oscos, por la AS-12 que sigue el curso del río Navia, un tramo de curvas y más curvas de unos 100 km que nos llevó toda la mañana. Qué paisajes de Los Oscos, espectaculares.
Atravesamos Navia y seguimos por la N-634 hasta Luarca para ver su cementerio. Después de pasearnos con las motos por aquí y por allá, llegamos al cementerio que sólo pudimos ver por fuera. Bajamos al puerto, atravesamos la ciudad con un poco de calor y cogemos la rutera N-632ª para comer a pie de carretera.
Sin rechistar ni sestear nos vamos por la autovía A-8, porque el tiempo nos apremiaba, pasando por Avilés, Gijón y Ribadesella para repostar. Volvemos a la autovía a Naves y por la AS-115 hacia La Robellada para coger la AS-114 que nos llevaría a Arenas de Cabrales hasta Panes. ¡Qué decir de esta carretera! Que un motero no debe dejar de hacerla.
De Panes por la N-621 atravesando el desfiladero de La Hermida llegamos sobre las 20 h. a Ojedo, próximo a Potes en Cantabria, con base en el hotel Infantado y unos 370 km en el cuerpo. Repuestos del cansancio con un baño de piscina nos vamos paseando a Potes con las primeras luces del atardecer. No podíamos volver a casa sin haber comido una fabada y aunque fuera de cena, en la terraza del Pelayo nos zampamos una riquísima fabada cántabro-asturiana en un entorno muy agradable. Volvemos al hotel paseando la cena y a descansar, que esto va tocando a su fin.
4 de septiembre de 2020
Un buen desayuno y en marcha hacia el puerto de Piedrasluengas por otra carretera majestuosa de asfalto y trazado de curvas que comunica Cantabria con Palencia en Castilla. Cuando llegamos a la cima nos encontramos con David Piviza, que con su nueva GS y un amigo iban al norte. ¡Qué casualidad!
Empieza el purgatorio del calor por Cervera de Pisuerga y nos hacemos la ruta de Los Pantanos hacia el País Leonés. Más curvas, buen asfalto, paisajes más abiertos, vacas trotando por el pavimento y hacemos la parada del café en Otero de Guardo en un interesante mesón con una colección alucinante de botes de cerveza (llenos). Pasamos por Guardo, Cistierna, Valderas y hacemos un descanso a la sombra en la Plaza de la Marina de Zamora.
Como ya teníamos ganas de llegar a casa, cogemos la autovía a Salamanca y a las 20 h acabamos esta magnífica ruta.
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