Iniciamos el mes de diciembre con un sábado ideal para rodar en moto, metidos de lleno en un otoño frío, pero con un cielo casi despejado y un sol incipiente a primera hora que luego se transformaría en sol muy agradecido, y que nos acompañaría en toda la jornada.
Hemos quedado en Snoil a las 10:15 y ya estamos todos allí con los depósitos llenos y con muchas ganas de salir pitando. Nos saludamos como siempre y nos entretenemos un poco en emparejar los intercomunicadores de César y Luis, inútiles tecnológicos. Tuvo que ser Xavier el que lo consiguiera en la parada del café.
Sobre las 10:40 emprendemos la marcha las 8 motos por la carretera de Vecinos hacia Linares, Sotoserrano y Riomalo de Abajo para tomar el café calentito a pie de chimenea con pinchos de tortilla y calamares en El Labrador. El ritmo había alegre con el grupo cohesionado y sin perder de vista a Santi Z.
Poco antes de las 12 llegaríamos a Riomalo y después de una media hora para el café y para entrar en calor, reanudamos la ruta, ya comunicados el guía y el escoba, hacia Vegas de Coria, Mohedas, Zarza y Granadilla, pero llegamos con la villa cerrada, con lo que nos damos un paseo por el perímetro de la muralla pudiendo observar desde muy cerca a unos ciervos.
Nos disponemos a comer y van saliendo de las alforjas y cofres empanadas, tortilla, espaguetis, bocadillos, jamón, tomate, tarta de manzana, mandarinas y un sinfín de cosas para quedar más que templados. Recogida la mesa y tras una amena sobremesa, unos intentan retozar la siesta y otros marchan a pasear hacia el acantilado del pantano con unas vistas magníficas.
Llega la hora de la apertura de la villa y nos adentramos en las calles de este singular pueblo, que en la actualidad se utiliza para talleres, campos de trabajo y campamentos de verano. El paseo por el pueblo es muy agradable, toda vez que el sol nos acompaña y hasta nos obliga a despojarnos de algo de ropa. Dan fe de lo visto las bonitas fotos que buscaron algunos meseperos.
Con los pies cansados y con muchas ganas de sentarse en la moto, iniciamos el camino de vuelta por Lagunilla (hay un tramo de unos 2 km con gravilla suelta) para tomar un cafetito y nos encontramos con el producto de una montería, jabalíes y ciervos abatidos por las escopetas. Al comentar con los cazadores nos dicen que estos bichos hacen daño a los olivos y cultivos, con lo que la conciencia se queda más tranquila.
Continuamos hacia El Cerro y Puerto de Béjar para repostar, despedirnos y emprender la vuelta a Salamanca por la autovía porque ya se nos echa la noche encima, para llegar a casa antes de las 7.
Al pasar por El Puerto de Béjar nos tropezamos con un rebaño de vacas con un vaquero en medio de la carretera para regular el tráfico. Estábamos esperando a que los bichos pasaran y en esto que otro vaquero, aparentemente enloquecido y con una vara amenazante, se abalanza sobre Jesús y Antonio increpándoles no sé qué, y es que esta gente de El Puerto son muy recios. En fín, a pesar de que la vara estuvo a pocos centímetros del casco de Jesús, el asunto no tuvo mayor transcendencia.
Hemos recorrido 278 km con 8 motos y 10 meseperos: Jesús Yayo, Antonio Tmax, José Carrasco, Xavier y Pilar, Juan Antonio y Charo, Santi Z, César Ave y Luis Con.
Y como siempre, ha sido un placer rodar con esta fauna de meseperos.
Luis de Cóngorra
Fotos: José Carrasco, Juan Antonio, Xavier, César, Jesús Yayo
http://www.moterossinprisa.com/MSP/galeria/nggallery/todo/GRANADILLA-(01-12-2018)
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