Hoy tocaba disfrutar de la quedada anual motera de la Peña El Casquete, en Aldeaseca de la Armuña, como es tradición para empezar el mes de septiembre. A las 10 habíamos quedado en el Bar Rex con nuestr@s amig@s de Ruedas Charras y A2Ruedas y tod@s l@s mote@s que acudieran a la llamada. A menos cuarto ya estaba yo allí y empezaron a verse cazadoras y cascos de todos los colores. Rob y su chica, Resti, Carlos, Pablo, Tomás, Ana y Luis llegaron puntuales, a tomar el cafetito y las charlas y fotos de rigor.
No había prisa, hasta las 12 no empezaba la ruta. Sobre las 10.30 nos pusimos en camino en un grupo ordenado, primero llenando las calles de la ciudad y luego por carretera hasta Aldeaseca. Una vez llegamos allí tocaba saludar a tod@s, mi mujer Teresa llegaba enlatada para disfrutar del día. Allí se incorporaba nuestro compañero Juan Antonio, parece que la batería se había empeñado en que no asistiese, pero él fue más listo. Sacamos las inscripciones, tomamos un refrigerio y a las motos, comenzaba la ruta.
Tomamos dirección Salamanca, para enfilarnos un poquito en la autovía de la que salimos enseguida dirección Gomecello. La gente saludaba a la serpiente multicolor y los niños disfrutaban del ruido y las motos. Tomamos dirección a Arabayona y Cantalpino, con una organización perfecta, buena velocidad e indicando todos los cruces.
Tengo que destacar el comportamiento de un motero de la organización que ante la presencia de ciclistas se quedó de forma lateral a él a su velocidad, para cubrirle y que todos viésemos perfectamente el imprevisto. Me pareció de los detalles más cívicos que he visto en una ruta de concentración, donde algunas veces las ansias e incluso el elevado tráfico de motos puede ocasionar un accidente. No me quedó por menos que cuando llegamos a Villoria a tomar el pincho buscarle para darle la enhorabuena por su comportamiento.
La mañana ya estaba siendo asadora, buscamos la sombra para aparcar nuestras monturas y nos dirigimos hacia Al Andalus para disfrutar del pincho. Buena conversación como siempre, con el calor como protagonista. Risas, fotos y a recuperar las motos, para tomar dirección Aldealengua y Cabrerizos y desde allí volver al punto de partida.
Algun@s nos despojamos de los atuendos moteros y los más sufridores buscaron una sombra donde aposentarnos. El Casquete agasajó nuestros estómagos con un rico y ardiente guiso de carne con patatas y verduras y un helado para bajar la temperatura, cosa que se antojaba harto difícil. Sin apenas acabar, la horda de moteros se acerca al Restaurante PolloBill para tomar un cafetito y buscando el frescor del aire acondicionado, el sopor estaba empezando a hacer mella. Cafetito, conversación y de nuevo al recinto de la quedada.
Teresa volvía enlatada a casa y Luis y Resti nos abandonaban, los compromisos les apremiaban. Pablo lo pasaba realmente mal para soportar el calor y los demás lo hacíamos como podíamos. Allí nos situamos Tomás y Ana, Juan Antonio, Carlos, Pablo y el que escribe para disfrutar del grupo Rumba Tres, que animaban el cotarro. Después de los sorteos y comprobar que no había habido suerte recuperamos las monturas: Juan Antonio, Pablo, Carlos y yo de regreso a nuestros hogares. Tomás y Ana todavía se resistían a abandonar la quedada. Despedirnos de nuestros amigos y desear que volvamos el año que viene.
Había sido una jornada de hermanamiento motero, con no muchos kilómetros (120 aprox.) pero con calor y buen rato a raudales. Felicitar a la peña El Casquete por su buen hacer, su exquisita organización y extraordinario recibimiento.
JAErasmus
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