Comienza un nuevo día, en esta ocasión tocaba visitar el Museo de la Moto Clásica de Santa Marta de Alfonso. No era una salida motera como tal, pero si una salida movida por la pasión de las motos y enarbolar la bandera de MSP apoyando el proyecto de nuestro amigo Alfonso. Primero tocaba preparar todo antes de salir y acercarse a la gasolinera de Snoil a despedirme de mis compañeros que hacían un “rutón” a Valporquero. Allí estaban Antonio, Adell, César, Juan Antonio y Charo, esperando a Santiago y a Pablo, que parece que las sábanas le habían abrazado demasiado esa mañana.
Más tarde, preparados y pertrechados con las vestimentas apropiadas emprendimos camino hacia la Gasolinera de Galp de La Fontana, allí había quedado con mis compañer@s. Allí nos reunimos Nacho, Tomás, Ana, Jesús, Teresa y José Ángel; David parece que había tenido problemas a la hora de identificar la gasolinera.
Nuestros compañeros José Carlos, Carlos Strom, Luis Kim, Resti e Isabel esperaban en el museo. Allí llegamos y aparcamos nuestras motos a la puerta y nada más bajar empezamos a saludar a diestro y siniestro a tod@s los moteros conocidos que nos rodeaban de la Peña El Casquete, Ruedas Charras, A2ruedas y otr@s much@s amigos moter@s que van por libre.
Nada más entrar fue un no parar de ver bellezas a un lado y a otro. Bellezas antiguas y supercuidadas que teníamos la suerte de contemplar. Manillares originales para acompañante, cambios insospechados, engranajes imposibles y motores que eran el preludio de lo que ahora son las motos. Una pequeña conversación con Alfonso, sobre todo para darle la enhorabuena por su nuevo proyecto, ya que la gran cantidad de compromisos no le permitían una conversación más fluida.
El respectivo discurso de las autoridades y salida del museo, con la sensación de que hay que ir más despacio para apreciar toda la belleza que se encierra entre sus paredes. Sin duda agradecer al Ayuntamiento su esfuerzo y a Alfonso por dejarnos contemplar bellezas tan singulares, sin duda un lugar de referencia en Salamanca.
Tocaba el pincho y refrigerio de rigor en el Bar Mi Niño, donde parece que la comunicación entre el precio de las consumiciones anunciado en redes sociales y la realidad no coincidían del todo, pero el buen rato que pasamos hizo que olvidásemos el malentendido, por lo menos de momento. José Manuel, nuestro compañero de A2Ruedas se interesó por el affaire pidiendo disculpas por ello, pero para nada era responsabilidad suya, A2Ruedas solamente agradecerle haber contado con nosotros para este evento.
Tocaba recoger, había sido un ratito agradable y con ganas de repetir la visita al museo cuando la afluencia de público permita ver las motos mejor.
Fue el final del principio de otra ruta maravillosa que nuestros amigos Miguel y María nos habían planificado, pero eso es otra historia.
JAErasmus
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