Amanece un sábado 31 de marzo, la mañana se presenta fría aunque el sol se asoma entre las nubes, presagio de un buen día de moto. Y así fue porque recorrimos 320 km por carreteras de frontera en el entorno de Las Arribes del Duero.
Después de la Ruta de Pasión acometemos esta Ruta de Resurrección, todo ello en un ambiente de semana santa, con gente y coches por todas partes. Antes de las once ya estábamos todos en el punto de encuentro. Se presenta Antonio Tmax, amigo de Miguel y joven promesa motera, y no hace falta decir qué moto lleva porque en el apellido lo acarrea.
Iniciamos la marcha hacia Ledesma con Jesús Chispa en cabeza porque fue el inductor de esta ruta. Vemos que la dehesa del Campo Charro está empapada de agua, los arroyos llevan vida y el río con caudal mesurado, las cunetas y charcas a rebosar como edén de batracios, las cigüeñas buscando ranas y renacuajos.
Hacemos una parada en la presa de La Almendra y comentamos que el reculaje del río aún no llega a Monleras, con lo que aún queda agua por embalsar. Continuamos el camino hacia Fermoselle, donde tomamos el aperitivo, y seguimos hacia el salto de Bemposta remontando por una exquisita carretera de asfalto y curvas. Por la N-221 y la IC-5 llegamos a Mogadouro sobre la una y media.
El hambre no apremia, pero buscamos la Tasquihna para reservar y una vez encontrada sin más dilación nos sentamos a la mesa a las dos. De los cinco comensales cuatro pedimos bacalao y Miguel cordero pascual. Un detalle del anfitrión fue que nos recomendó tres raciones para los cuatro, y la verdad fue que tuvimos más que suficiente. Muy rico el cordero y muy rico el bacalao a la tasquihna (migao con besamel y queso gratinado), con vino verde, postre y café, y todo ello a un precio para repetir.
Después de una grata sobremesa nos damos un paseo por las calles del pueblo, muy elegante y limpio, y llegamos al castillo. Sobrecogedora la representación del monte Calvario con tres crucificados sin clavos y al son de una gaita y el tañido de campana comienza el descendimiento. El silencio se manifiesta, romanos con gafas de sol rondan para que los ladrones crucificados no se vayan de rositas y nosotros volvemos a las motos para dirigirnos hacia Freixo por la N-221.
Gloriosa carretera esta N-221, con buen piso y curvas entretenidas. Vemos en las laderas restos de los incendios que asolaron la zona el pasado verano, pero en el suelo resurge el verdor de una nueva vegetación que hará que la zona vuelva a ser apreciable a la vista. Pasamos por Freixo y continuamos por esa estupenda carretera que baja al lado del Duero hacia Barca d´Alba, donde se junta el Duero con nuestro río Águeda, y que continúa hacia el concelho de Figueira de Castelo Rodrigo.
Dice Jesús Chispa que el dinero cunde más en Portugal, con lo que hacemos una parada en Barca para tomar unos cafés sentados en una terraza, con un sol escondido y nubes cubriendo el cielo. Subimos hacia La Fregeneda y repostamos en Lumbrales, y con estas nos vamos hacia Salamanca llegando sobre las ocho y media de un sábado de semana santa que ha cundido mucho.
Han sido 320 km recorridos y un placer rodar con esta cuadrilla de meseperos: Jesús Chispa, María, Miguel, Antonio Tmax y Luis Con.
Fotos de Miguel & María http://www.moterossinprisa.com/MSP/galeria/nggallery/todo/RUTA-DE-RESURRECCION-(31-03-2018)
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