31 de mayo 1 y 2 de junio de 2024
Por fin conseguimos hacer la tan ansiada ruta a Oporto después de dos años de espera. Siguiendo los pasos de Miguel Gs y María, que ya la habían hecho hace unas semanas, disfrutamos de una ruta motera por la sinuosa N-222 que transcurre por el Duero hasta el mismísimo Oporto. Una ruta que nos deja en la memoria un extraordinario recuerdo de aventuras en moto, y no sólo por rutear, sino también por las anécdotas, por el buen tiempo, por la ausencia de incidentes, por una auténtica estancia en Oporto, … y sobre todo por el desafío que tuvieron los anfitriones, Pedro y Alex, de llevarnos a sitios sorprendentes.
Bien podríamos renombrar esta crónica como la “ruta del nueve”, ¿por qué? Porque Pedro y Alex estuvieron contando nueve todos los días: en la ruta, en el hotel, en el desayuno, en el autobús, en el tranvía, en el teleférico, en los restaurantes, en las taquillas de los monumentos, en la playa, en los taxis, en los paseos, … Vamos, que el nueve se les habrá quedado bien grabado.
Crónica por Pedro Trácer “el porteño”
31 de mayo
Conforme lo habíamos “pensado”, temprano nos fuimos juntando en la gasolinera Repsol de Buenos Aires, y después de breves saludos y foto de grupo, pronto salimos de ruta. Si, eran las 09h59m cuando salimos, 1 minuto antes de lo previsto, lo que demostraba las ganas de hacer esta ruta. Con Pedro Trácer por delante con su GPS Tomtorrón, que todos nos acojonamos por donde nos lleva, pero que la llegada está garantizada. Salimos dirección Vitigudino por esa famosa carretera llana que solemos hacer a las vueltas, pero que, con tantas curvas por delante, nos venia bien para preparar el ojete.
Después de Vitigudino decidimos repostar nuestras fieles burras en la estación de Repsol de Lumbrales. No hacía falta hablar, nos miramos unos a los otros y sabíamos que ahora sí empezaba la ruta. Pero antes debíamos reponer fuerzas del esfuerzo inicial con un cafecito y un pinchito ahí mismo en Lumbrales. Seguimos dirección La Fregeneda, Barca de Alba y después por la N-221 en dirección Figueira de Castelo Rodrigo. En este pueblo creo muchos se han acordado de la Estalagem Falcao Mendonça donde preparan una cataplana muy buena. Pero bueno, hay que pensar en Oporto. Ahora la ruta sigue por la carretera N-332 dirección Vila Nova de Foz Coa y a mitad camino justo después de pasar un pueblo de nombre Almendra la carretera N-332 sigue su rumbo por la derecha y nosotros por fin entramos en la carretera que nos va a llevar hasta el hotel.
Sí, esa carretera es la N-222, que nos va a quedar en la mente por bastante tiempo. Mientras tanto, nuestra ruta seguía dirección Vila Nova de Foz Coa, después Sebadelhe, Pereiros. Nuestros cuerpos empezaban a mostrar signos de fatiga y teniendo en cuenta que en Portugal se come y cena temprano, habría que empezar a buscar un restaurante. Llegados a Sao Joao da Pesqueira decidimos que no podíamos continuar más y empezamos a preguntar a lugareños dónde comer y como siempre quedamos en un restaurante que habíamos pasado por delante unos minutos antes. Restaurante Pizzaria Pesqueirense.
Bueno, como siempre ocurre, hemos tenido suerte y la comida estaba muy rica, pedimos Bacalhau à Brás y Arroz de Pato, gaseosa (nos hemos acordado cómo no de nuestro compañero de rutas Juan Antonio BMW), vino postre y café. Pronto volveríamos a la ruta siempre por la N-222 y unos kilómetros después esta maravillosa carretera se une al Rio Douro poco después de un sitio que se llama Quinta de Santa Barbara. Antes ya empezamos a ver un afluente del Rio Douro que se llama Rio Torto, que traducido a castellano sería algo como Rio Torcido, un buen presagio de lo que se nos esperaba. De aquí en adelante la carretera sigue el rio por la cara sur y podemos apreciar cómo cambian los diferentes cultivos según el lado del rio, con predominancia de viñedos, olivos y frutales.
La ruta seguía por Folgosa, Peso da Régua, aquí hacemos un pequeño desvío por la carretera M-537 para seguir bordeando el rio y más adelante volvemos a incorporarnos a la N-222, dirección Sao Martinho y Resende donde decidimos hacer una parada técnica para reponer fluidos y aligerar la carga. Seguimos la ruta dirección Oliveira do Douro, Cinfaes, Souselo, Castelo y aquí el GPS me la juega y tenemos que volver atrás para incorporarnos a la carretera IC35 dirección Entre-os-Rios ya que íbamos a cruzar el rio a la cara norte para seguir por la N108. Se aprecia un cambio en la vegetación que ahora predominan árboles. Rio Mau, Melres, Valbom y más adelante cruzamos otra vez el Rio Douro por el “Puente do Freixo”. Seguimos por la A44, A1 dirección Porto y poco después la salida a nuestro hotel de nombre “Park Hotel Gaia” en la calle da Bélgica.
Llegamos a las 19h30m, cansados, pero con el deber cumplido de haber hecho una ruta de resistencia física y moral. Una vez hecha la entrada al hotel nos disponemos a aparcar nuestras burras en el garaje del hotel a buen recaudo. No había tiempo que perder, una hora para deshacer las maletas quitar el traje de ruta, pasar por agua y poner ropa más llevadera, ya que teníamos que ir a cenar.
A las 20h30m salimos a cenar, de taxi, a un restaurante cerca del mar que se llama “Mar a vista”. Unas vistas fenomenales, habíamos llegado justo a la hora de la puesta del sol, cuando el sol también se va a dormir después de haber calentado nuestros cuerpos todo el día. También él había cumplido con su cometido. Nos esperaba una cena con Bacalhau a Lagareiro, Polvo a Lagareiro, Espetada de Lulas com Gambas, Francesinha y algún que otro(a) guloso(a) necesitaban algo dulce y se han embarcado en chocolate y tarta de whisky. Cafés muy pocos, ya estábamos con ganas de dormir. Acordamos de que el día siguiente nos veríamos en la recepción del hotel a las 09 de la mañana. Tocaba descansar, pero el cuerpo seguía dando vueltas en la cama como si continuara de ruta.
01-mayo
A las 09 de la mañana, como nada hubiera pasado en el día anterior, salimos del hotel primero a desayunar en una confitería cercana de nombre “Camponesa do Fojo”. La oferta era enorme, y algún que otro parecía revivir edades tempranas, ya que se notaba las ganas de pedir de todo. Aquí se decide que Pedro Trácer pasa a ser nombrado como “El financero” de la corte y que, con una aportación en especie de cada uno, se iba a ocupar de los gastos del día. Justo al lado de la confitería, teníamos la parada del autobús que nos iba a llevar al margen sur del rio, donde proliferan las bodegas del famoso vino de Oporto.
Y como no, las primeras fotos iban a ser del rio, del famoso puente Don Luis y toda la zona cercana al rio donde además se podía apreciar los barcos que hacen el recorrido desde Barca de Alba hasta Gaia, los famosos “Barcos Rebelos” conocidos por transportar en otros tiempos las barricas de vino desde los distintos puntos de cultivo en el Rio Douro cuesta arriba, hasta las famosas “Caves” donde después pasaban largas temporadas en reposo para madurar y adquirir ese color e sabores que tanto caracterizan a este vino. Un buen vino de Oporto tiene en su pegatina la palabra “Tawny”. Es un vino con tiempo en barrica de entre 7 a 10 años normalmente, pero que puede tener 20, 30, 40 o incluso más años. En 2019 fue subastada la que hasta la fecha es la botella de vino de Oporto más cara por 130.000€ de la marca “Nieport” y también una de las añadas más antiguas que se comercializa, nada más y nada menos del año 1863. La historia del vino de Oporto remonta a finales del siglo XVII, en concreto al año 1692 y se cree que la primera bodega se llamaba “Taylor´s” y que hoy en día todavía existe.
Bueno, nuestra primera vista fue al famoso “Teleférico de Gaia” que en su recorrido desde el margen del rio Douro hasta la parte alta conocida por el “Parque do Morro” nos proporciona una vista muy buena, tanto del margen sur que, como he dicho antes, se aprecian las famosas bodegas, como también del margen norte, la zona do “Cais da Ribeira”, puerto antiguo de la cuidad de Oporto. Arriba, todavía en el lado de Gaia, se aprecia la famosa fortificación de uso militar conocida por “Serra do Pilar”. Pasamos el puente Don Luis hasta el lado norte, donde se aprecia del lado este una muralla Fernandina del siglo XIV y el “Funicular dos Guindais” un transporte en carril en una pendiente de casi 45º de inclinación, y nuestra primera visita fue al edificio “Sé do Porto” una catedral del siglo XII. La visita es de pago, pero preguntando precios de entrada nos enteramos de que si el grupo es de más de 10 personas el precio es mucho más bajo y una pareja se entera y nos pregunta si pueden hacer parte de nuestro grupo y por qué no, a ahorrar.
Para los más intrépidos hay que subir escaleras con escalones de bastante altura para visitar la torre con unas vistas 360º de la cuidad. Cuando toca descender hay que tener cuidado. Después bajamos por la Avenida Dom Afonso Henrique hasta la famosa estación de trenes de “Sao Bento” conocida por sus murales en azulejos pintados a mano del siglo XIX. Pena es que toda la zona esté de obras. La temperatura empieza a subir drásticamente y se empieza a escuchar voces de que hay que beber. Cruzamos la calle y entramos en la famosa “Avenida dos Aliados” que en realidad son tres “Praças”, Praça da Liberdade (parte de abajo), Avenida dos Aliados (zona central) y Praça General Humberto Delgado (zona de arriba) donde está el edifico del Ayuntamiento de Oporto, conocido como “Cámara Municipal do Porto”. Pero actualmente ya no se conocen como “Praças” sino solamente “Avenida”.
En la parte baja se aprecia un edifico enorme que antes era conocido por “Palacio das Cardosas” un convento y que ahora es un hotel de 5 estrellas de nombre “Intercontinental”. Empezando a subir la avenida a la derecha encontramos un café de nombre “Imperial” que ahora pertenece a la cadena de restauración “McDonalds” pero que otrora era un café frecuentado por ilustres de la ciudad. Seguimos al próximo destino que se llama “Restaurante Conga” en la calle do Bonjardim para descansar, hidratar y comer las famosas “Bifanas”, un sándwich exquisito con carne de cerdo y una salsa única con toque picante. A mí, personalmente este sitio me transporta a mis 10-14 años cuando tenía un acuerdo con mi madre en que los sábados ella salía a hacer las compras en un mercado cercano que se llama “Mercado do Bolhao” y que a mitad camino a casa yo me encontraba con ella en este restaurante para ayudarla a traer las bolsas de la compra y como recompensa me invitaba a comer una “Bifana” en este restaurante, que por supuesto ella también degustaba de este sándwich.
Con el depósito lleno, avanzamos en nuestra ruta peatonal y bajamos por una calle que nos lleva a una plaza de nombre “Praça Dom Joao I”, antes conocida por ser un intercambiador de autobuses, pero que como la ciudad creció tanto que han tenido que trasladar esos servicios públicos a otra zona. En esta plaza hay una tienda que debe de ser de las ultimas en su género, una tienda de discos de vinilo de nombre “Tubitek”, muy conocida en sus tiempos áureos como la tienda donde llegaban todos los géneros musicales principalmente en las décadas de los 80 y 90. Sigue siendo un referente en discos de vinilo y un referente para los profesionales de las discotecas.
De ahí bajamos a la estación de Sao Bento para subir la Avenida Don Afonso Henrique para ir a visitar una de las iglesias más bonitas que conozco en Oporto. Se llama la “Igreja de Santa Clara”, una iglesia católica del siglo XV que tiene elaboradas tallas doradas a ambos lados de la época Barroco Joanino. Es una visita obligatoria, de pago, pero merece la pena. Antes de entrar nos enteramos del precio de la visita y una vez más si el grupo es de más de 10 personas el precio tenía una bajada importante, y resulta que había una pareja de paisanos que estaba también interesada en lucrarse con el descuento. A ahorrar un poco más. Además, hemos tenido la suerte de que la iglesia contaba con un guía que sabia hablar castellano, que había estudiado historia en alguna faculdad de España y que estaba dispuesto a darnos una clase de historia. Se llama Miguel si no recuerdo mal y fue nuestro guía durante casi 1 hora o más. Un dato más que he descubierto en la famosa Wikipedia es que en esta iglesia era donde los comerciantes pagaban el peaje de entrada de las mercancías que entraban en la ciudad.
De vuelta a nuestra ruta, volvemos a bajar la Avenida de Dom Afonso Henrique para una vez llegar a la Avenida dos Aliados subir la calle dos Clérigos para ir a visitar La Torre. Pero ya nos faltó piernas y energías, nos quedamos solamente con la visita al interior de la Iglesia dos Clérigos para sobre todo descansar en un sitio fresco. En esta Iglesia Luis Can saca de sus memorias que la cúpula de la iglesia le era familiar y resulta que buscando información esta iglesia tiene una cúpula ovalada que le recordaba y con razón a otra iglesia relacionada con San Filipe Néri.
Se empieza a notar que las caminatas empiezan a pasar coste y hace falta una parada urgente para descansar y beber algo fresco. Entramos en un café ahí cerca en la calle dos Clérigos, antes de nuestro próximo tramo, de bajada, que era visitar el “Miradouro da Vitoria” para tener unas vistas de la parte baja de la ciudad y del rio, bajar unos tramos de escaleras hasta el “Palacio de la Bolsa” y la Iglesia de Sao Francisco do Porto. Por el camino hemos visto un edifico de metal con cristales pintados que se conoce como “Mercado Ferreira Borges” local conocido de antes por ser un mercado de frutas y que ahora alberga un local de exposiciones y cafés.
Por fin bajamos hasta el “Casi da Ribeira” sin antes haber parado en la iglesia de Sao Nicolau, que tenía algo muy curioso a la entrada, nada más y nada menos que un datáfono para que los creyentes sin duros en el bolsillo puedan hacer una aportación con su tarjeta bancaria. Creo que también tenía número para hacer un Bizum.
De aquí cogemos el tranvía antiguo con destino Passeio Alegre, última parada, un jardín ya en la desembocadura del rio Douro con el mar. Pasamos por bastantes edificios emblemáticos de la ciudad, al principio las antiguas aduanas, después el famoso Museo del coche Eléctrico, el puente “Arrábida” que en su día era el puente con el arco más grande construido en cemento. Llegados al jardín se sentía la brisa marítima e invitaba a descansar en el césped o bien en un banco. En el mismo jardín nos encontramos con un café donde hemos podido una vez más saciar nuestra sed y reponer un poco de energía.
Después de un descanso merecido hemos decidido caminar un poco, ahora en la orilla del mar, dar un poco de frescor a nuestros pies bañándolos en el agua y escuchando los sonidos de las olas llegando a la arena. Todo un momento para reflexionar.
Al final del jardín, nos acercamos a una parada de autobús, donde hemos empezado a ver los hinchas del Real ya que era la noche de la final de La Champions, para llevarnos a nuestro destino final, el restaurante para cenar en la famosa ciudad de Matosinhos, otrora centro de la industria pesquera del país, ahora convertida en edificios de primera línea del mar. El restaurante nos esperaba, y menos mal que nos acercamos antes de la hora ya que ha habido un malentendido. Resulta que el contacto que nos había indicado este restaurante se olvidó de decirme que ese día el restaurante no hacía reservas por las fiestas patronales, que sí nos esperaba, pero que a lo mejor teníamos que esperar hasta tener mesa libre. Decidimos hacer un pequeño paseo ya que estábamos cerca del mar y lógicamente cerca de la playa. De vuelta al restaurante y después de esperar un poco más, por fin entramos y hemos podido disfrutar de una muy buena cena, con pescados frescos, ya no había espacio para nada más en la mesa, pero que al final ni los gatos saciaran el hambre. Hemos comido una fabulosa Corvina, un Robalo (lubina) y un Pregado (rodaballo). Restaurante Lage Senhor do Padrao. Por las fiestas patronales, no había forma de coger un taxi, por lo que hemos decidido volver en autobús hasta la parada do Casi da Ribeira y desde ahí volver en taxi hasta el hotel.
02 de junio
Hoy era el día de la vuelta, y cómo no, el grupo con ganas de salir temprano. A las 9h en la recepción y a la misma confitería para desayunar. Después del desayuno pasamos por el hotel a recoger las motos y nos vamos a la gasolinera cerca a repostar. De ahí emprendemos nuestra ruta de vuelta de esta vez por la N-222 hacia Castelo de Paiva haciendo el recorrido que nos faltaba para completar la ruta de esta carretera nacional.
Después cogeríamos la N-224 a Arouca. Este tramo de sierra con carretera que pide a gritos un nuevo asfaltado se nos hizo muy pesado hasta la parada del café en Arouca. Los paisajes espectaculares, un millón de curvas, ni una miserable recta.
Repuestos con el café seguimos por la R-326-1 por los pasadizos de Paiva Areinho, que vimos en lo alto, a Miudal para coger la N-225 a Castro Daire. Ya era hora de comer y el cansancio pesaba y no se veía ningún restaurante en el camino. Llegamos un poco tarde a Castro Daire para descansar y comer, sestear un instante y tertuliar mientras unos daban un paseo ¡pero qué bien vino esta tregua! Volvemos a la N-225 y N-329 hacia Vilanova de Paiva, por la N-226 llegamos a Trancoso pasando por muchos pueblos y bonitos lugares aun verdes y primaverales.
Hacemos otro merecido descanso, los cuerpos pesaban, las piernas cuarteadas, los brazos entumecidos, pero ya nos sentíamos casi como en casa. Continuamos la N-226 a Pinhel, Almeida y Vilar Formoso, donde repostamos y nos despedimos porque ya cogeríamos la autovía y no había ganas de más curvas ni kilómetros.
Llegamos a casa sobre las nueve, cansados, muy cansados, pero con el gran gusto de haber hecho una ruta inolvidable. Hemos rodado 797 km con 8 motos y 9 meseperos: Pedro Trácer y Alex, Rafa Trácer, Carmen Cbf, Tomás Trácer, Mario Bmw, César Bmw, Luis Deauville y Luis Gs.
Fotos de todos: http://www.moterossinprisa.com/MSP/galeria-2024/nggallery/album/oporto-31-05-2024
Anecdotario: Lo que pasó en Oporto, se queda en Oporto , aunque tuvimos anécdotas para reir un buen rato ¡Mãe de Deus!. Mosquitos tuvimos pocos, pero uno pinchó las napias de Tomás, y esperando reírnos de la hinchazón, pero ésta no tuvo lugar.
Otra fue la del reparto de las habitaciones, a pesar de la pesadumbre de Pedro, admitimos compartir habitación y cama. Alguno sufrió pensando en que a la vuelta se lo tendría que contar a su mujer y que probablemente tendría que dormir en el garaje. Mucho mucho nos reímos los herniaos, pero el cansancio era tal que las noches pasaron sin abordar el campo contrario.
Otra no menos llamativa fue la buena propina que Mario le dio al taxista, tan bueno había sido el servicio del traslado a la playa de Gaia para ver la puesta de sol en el Atlántico, que Mario tan espléndido le propinó una buena gratificación, tanto que el taxista ni rechistó y se fue corriendo no fuera que se arrepintiera.
Una más fue la pérdida del Ave tras la cena del viernes. Un vagabundeo por el paseo marítimo a la espera de que César acabara con su pedo atravesao, volvemos sin el Ave al Mar A Vista preocupados por lo que le hubiera pasado, sin noticias suyas porque teníamos su móvil. En el restaurante no había recado, en la playa no había ningún cuerpo abandonado, tampoco en los jardines cercanos ni en los bancos, ni en las terrazas próximas. Perdimos el bus de vuelta. Las propuestas eran si ir al hospital, ir a la policía, ¿podría ser un secuestro? Si así fuera, a Cayo Mario le tocaba el rescate. Después de un largo rato, el Ave aparece sudoroso de la gran caminata hasta casi el infinito por encontrarnos. La explicación es que salió detrás de nosotros, pero en una bifurcación del paseo nos adelantó por el otro camino y ni nos vio ni tampoco le vimos. Pasado el susto, contando nueve, nos vamos en taxis al hotel a dormir.
Otra fue en la ruta de vuelta, muy cansados de las carreteras sinuosas de la sierra, a la hora de comer, aparcando las motos y con los cuerpos entumecidos, la Gs se inclina y se va al suelo, nada que lamentar.
Muchas gracias al organizador y a todos los demás. Un inmenso placer.
Esta ruta no la voy a olvidar jamás. Buenos compañeros, buena ruta, un tiempo excepcional, buena comida, el culo… que no le sale ni gases, qué más se puede pedir. Un Gracias también de Alex.
Prueba superada
Con el cuerpo apaleado, pero con gran satisfacción por haber conseguido hacer este rutón tan deseado. En casa a las 9:09 pm con 797 km en el culo. Muchas gracias Pedro y Alex
Yo, como dice Pedro, no la voy a olvidar tampoco. Me lo he pasado genial. Gracias a todos por estos días. En especial a Pedro y Alex por preocuparse por todo y la paciencia. Un fuerte abrazo a todos y espero tener muchas más.
Me uno a todos los parabienes para Pedro y Alex. ¡Ole, para quitarse el sombrero!! Muchas gracias a los dos. Podéis estar seguros que yo tampoco olvidaré este fin de semana en Oporto. Ha sido completísimo, una compañía inmejorable. Buena gente, nada problemática y sobre todo compresiva con la organización como no podía ser de otra manera, que se ha dejado la piel en ello. Creo que los 9 hacemos un buen equipo cosa poco frecuente cuando se trata de pasar tantas horas juntos.
Esa es la primera parte. La segunda es que la tragedia se ha consumado. Le he confesado a mi mujer que he dormido anoche en la misma habitación y EN LA MISMA CAMA QUE LUIS, y estas palabras os las estoy escribiendo desde el jardín. Está noche dormiré al raso. Si alguno tenéis una manta, me vendría muy bien. Aquí os espero. Un abrazo.