Otra ruta de esas que quedan en la memoria por el numeroso grupo de buena gente y por el buen día que tuvimos. Un meritorio “montaraz”, Superchispa portugués, descubridor de lugares incógnitos y que gracias a su ilusión podemos disfrutar. El objetivo de esta ruta es redescubrir el convento de Santa Maria de Aguiar y el ponte romano da Ribeira de Aguiar, y desde luego que no defraudó.
Sábado 7 de marzo, las expectativas del tiempo son muy buenas. Los más madrugadores llegan al punto de encuentro Snoil a las 9:30 y el resto vamos llegando sobre las 9:45, y después de repostar, saludar, vincular intercomunicadores y fotear, salimos puntuales y enchufados por la carretera de Aldeatejada a El Cabaco.
Teníamos 158 km al destino y con el ritmo adecuado del Superchispa, que calza el chaleco de Pájaro Guía, vamos tomando posiciones por grupos de a cinco y pendientes siempre de los retrovisores. Cierra la marcha la GS del enigmático Sebas, que se disfraza de Pájaro Escoba, cuidando de que no se pierda nadie de la tropa, y cierto es que cumplió con su misión.
Tomamos el desvío a Ciudad Rodrigo para tomar el café en La Glorieta, y después de repuestos salimos un poco desordenados apremiados por llegar a la hora convenida con Luis Luso en el convento. Y otra lección que debemos asumir: las prisas no son buenas. Como salimos distanciados, unos toman una dirección incorrecta y el resto, creyendo que iban los últimos en el trazado correcto, echando chispas para alcanzarlos, cosa que no ocurrió porque el primer grupo llegó después.
Pasamos por Castillejo de Martín Viejo para coger el desvío a Siega Verde y Villar de Ciervo, aquí cogemos la carretera a Puerto Seguro y La Bouza. Qué paisaje y qué buen itinerario, para disfrutar de la vista y de la moto. Pasamos la frontera a Escarigo, Almofala, Nave Redonda y llegamos al convento de Santa María de Aguiar, que está a unos 3 km de Figueira de Castelo Rodrigo (conocido por la famosa “cataplana”).
A pocos minutos llegan los rezagados, o más bien la cabeza de la tropa. Aparcamos las motos y Luis Luso nos muestra la iglesia y el convento, que la abrió expresamente para nosotros, para gratificación del espíritu. Muy satisfechos quedamos por este lugar y tan bien estábamos tertuliando que hubo que sacar el pito para dar la orden de marcha al Ponte Romana de Ribeira de Aguiar.
Pasamos por Castelo Rodrigo y hubo que solventar alguna incidencia antes de partir al siguiente punto de interés. Pasados pocos kilómetros de Castelo está el puente, aparcamos las motos y bajamos a la ribera. Mira que hemos pasado veces por esta carretera y no nos habíamos percatado de este sitio. Otro lugar de interés al que sólo se accede andando o con traileras, y que bien se merece unas fotos para demostrar que allí estuvimos.
Cumplidos los objetivos culturales y llegada la hora de comer, nos vamos a Escalhao a unos cinco minutos. Se aparcan las motos y unos van al Peralta a comer de mantel y otros se van al parque a comer de picnic, compartiendo el zurrón y el café de Miguel Intruder. Muy bien está el pequeño parque que cuenta con aseos públicos, tan bien que la tertulia fue muy amena y hasta alguno intentó la siesta. La verdad es que con el modo picnic se tarda poco en despachar el almuerzo, por lo que este grupo adelantó la marcha a Barca de Alba y esperar al reagrupamiento en un mirador del Douro antes de pasar la frontera, por esa carretera de mil curvas y trazado exquisito. Miguel Intruder superó el temor y a cola del pelotón llegó entusiasmado con su Honda CB500.
Llegaron los del mantel y comentan que unos habían atrochado por La Fregeneda. Otros adelantan la salida para llegar más pronto a casa, y el resto subimos sin prisa a Saucelle, Barruecopardo, El Milano y Vitigudino para repostar. Se plantea la opción de alargar la ruta por el Cubo de Don Sancho, La Fuente de San Esteban y Tamames, y a ello nos ponemos después de despedirnos a los que marchan directamente a Salamanca.
A un ritmo ligero atravesamos ese campo charro y llegamos a Tamames para coger la ruta de vuelta a casa, llegando a las 19 h con 360 km en el cuerpo recorridos con 17 motos y 20 meseperos: Jesús Chispa, Miguel Tracer, José Carrasco, Nacho, Jesús Yayo, César, Teo y Lola, Juan Antonio y Charo, Luis Con, Jorge, Josechu, Ana y Tomás, Resti, José Angel, Roberto Versys, Miguel Intruder y Sebas GS.
Ha sido un placer compartir este día y esta ruta con tan buena cuadrilla, pendientes de los cruces y de los retrovisores para que todo salga bien.
Luis de Cóngorra
Fotos: Resti, Miguel Intruder, Miguel Tracer, José Carrasco, Jorge, Jesús Yayo, César
http://www.moterossinprisa.com/MSP/galeria/nggallery/todo/SANTA-MARIA-DE-AGUIAR-(07-03-2020)
Vídeo: Jorge https://youtu.be/5fQr5Np9lvA
Igreja e Convento de Santa Maria de Aguiar
A unos 3 km de la villa de Figueira de Castelo Rodrigo, junto a la carretera, el Monasterio de Santa María de Aguiar, rodeado por frondosos bosques de castaños, constituye un bello ejemplo de arquitectura gótica primitiva, en la simplicidad de las líneas plásticas que caracterizaban la sobriedad de los edificios ocupados por la Orden del Císter, que se manifiesta aquí en la fachada sencilla y austera. D. Afonso Henriques ordenó su edificación en 1174, donándolo después a la Orden.
Además de la bella iglesia de sobria arquitectura, decorada por un altar mayor barroco, de 1636, que exhibe imágenes de S. Bento y de S. Bernardo, se conservan el ala de los monjes, con la sacristía y la sala del Cabildo, un muro del Refectorio y el edificio de la hospedería en el que destaca una galería con columnas toscanas y un blasón con las armas de la Congregación Autónoma (Orden del Císter) y la fecha de 1704.
A pesar de haber sido muy dañado por los soldados de Massena, cuando se produjeron las invasiones francesas a principios del s. XIX, y de haber sido abandonado por los monjes cuando se extinguieron las Órdenes Religiosas en 1834, el monasterio, que también sirvió de abrigo a los peregrinos de Santiago, aún conserva su antigua belleza.
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